CONTRA LOS BARONES DE LA DROGA
*Por John E. Ariscano
(Servicio Especial de www.bentayga.org)
Casi 30 años después que los ejércitos de mercenarios estuvieron a punto de desaparecer tras su derrota en África, el gobierno de George W. Bush los ha revivido y los transforma en una suerte de policía sin fronteras, que tanto sirve para custodiar a un embajador de Washington en Irak, como para lanzarlos contra los cárteles de la droga en México.
Parte de la cacareada guerra contra el "terrorismo" ha sido el fomento y la conformación de estos grupos armados cubiertos por un manto de impunidad, al servicio de Washington, que actúan ya en América del Sur en países como Colombia y que muy bien podrían ser usados, por ejemplo, para invadir a la Venezuela de Hugo Chávez o a cualquier otro país, incluidos Chile, Bolivia y Ecuador, como ya se hizo un lejano 1954 en la Guatemala de Jacobo Arbenz.
Por el momento, el dudoso privilegio de recibir a tan ingratos huéspedes, se dice que en plan experimental, le toca a México. ¿El pretexto? La aprobación en el Congreso estadounidense de mil 400 millones de dólares para ayudar al gobierno de Felipe Calderón a enfrentarse con los barones de la droga, absolutamente fuera de control.
Sin embargo, los republicanos ansiosos de meter mano en tan elevada suma, hicieron su pequeña trampa: los llamados contratistas de seguridad, nombre elegante para los mercenarios y asesinos, deberán ser contratados por Calderón para que lo ayuden, supuestamente, de acuerdo a una denuncia publicada por el diario texano "The Dallas Morning News".
Los contratistas contemplados son Blackwater y Dyn Corp, los primeros con pésimos antecedentes en Irak y los segundos con variadas aventuras en Colombia, donde tres de los pilotos de uno de sus helicópteros cayeron en manos de los guerrilleros de las FARC.
Los rufianes aéreos son especialistas en la fumigación con herbicidas y en estos momentos se les investiga por parte de tres provincias ecuatorianas, Esmeraldas, Sucumbíos y Carchi, fronterizas con Colombia, que acusaron a Dyn Corp por esparcir el llamado glifosato que ha causado un daño enorme a los cultivos y a la salud de los pobladores de esa región.
Por su parte, Blackwater se ha caracterizado por sus asesinatos incontrolados de civiles, el tráfico de armas, la embriaguez constante de sus agentes, las violaciones de mujeres indefensas y el tráfico de drogas. Entre los años 2005 y 2007 fueron protagonistas tan sólo en Irak de 195 incidentes con armas, por la tendencia de sus pistoleros a apretar los gatillos sin razón alguna.
El peor fue en septiembre pasado, cuando abrieron fuego indiscriminadamente contra una multitud civil donde había mujeres y niños. Allá también han actuado como guardianes de cárceles al estilo de Abu Graib y algunos de sus jefes, son instructores en materia de interrogatorios, léase torturas y sus alumnos han estado tanto en Irak como Afganistán.
Tantos son sus atropellos, que el gobierno títere iraquí les canceló la licencia, sin atender a las razones que se le dieron de que Blackwater es quien realiza los trabajos sucios de la CIA, como una forma de saltarse los controles del Congreso. Es más, para muchos analistas, Blackwater en realidad no es más que una suerte de brazo clandestino de la CIA y ello explica que los empleados de la dudosa empresa cuenten con inmunidad diplomática para evadir a la justicia y cometer sus crímenes sin problema.
Entre sus ejecutivos, al igual que en el caso de Dyn Corp, hay ex-agentes como un tal Koffer Blik que fue jefe de un "centro antiterrorista", o Joseph Schmied. Muchos de ellos actuaron en los Balcanes, al servicio de narcomafias y terroristas aliados de Washington y tienen antecedentes por narcotráfico o promoción de la prostitución.
El propio Congreso de Estados Unidos los califica de mercenarios fuera de control y reconoce que son miles de criminales que actúan en Irak y en Afganistán como un ejército privado en apoyo a las tropas y funcionarios estadounidenses. En todo caso, se calcula que Blackwater tiene unos 100 mil mercenarios a su disposición y sus tropas del mal cuentan con helicópteros, carros blindados y vehículos Hummer dotados de ametralladoras pesadas y pintados de negro.
Tanto legisladores demócratas como republicanos han criticado la "privatización de la guerra". "En los últimos 25 años se ha promovido una campaña para la privatización de los servicios del gobierno", dijo el representante demócrata Henry Waxman, de California. "La campaña ha sido un éxito; por cada dólar de impuestos que el gobierno gasta, más de 40 centavos van a los contratistas privados". Waxman agregó que "compañías como Halliburton y Blackwater han ganado miles de millones de dólares desempeñando tareas que antes hacían las fuerzas militares de nuestro país".
En Bagdad se hace notar que son varios los episodios violentos que involucraron a Blackwater y que terminaron por indignar a los hasta entonces dóciles funcionarios iraquíes. Un portavoz del ministerio del Interior, el general de brigada Abdul-Karim Khalaf, dijo que "Blackwater ha cometido muchos errores que han resultado en otras tantas muertes… Los contratos de seguridad no les permiten disparar arbitrariamente contra la gente. Están aquí para proteger al personal, no para disparar sin motivo".
Funcionarios del Pentágono admiten que en Irak operan al menos 20 mil guardias de seguridad privados. La Asociación Internacional de Contratistas, un grupo gremial de estos mercenarios, declaró hace poco que el número podría llegar a 50 mil, incluyendo a guardias de decenas de países y miles de iraquíes empleados por compañías extranjeras.
Con todos estos antecedentes, surgen varias preguntas: ¿qué hará México para sacudirse a los asesinos de Blackwater y Dyn Corp? ¿Por qué el gobierno mexicano omite toda información al respecto y no la desmiente ni la explica?¿Y que hará América Latina para ayudar a los mexicanos a deshacerse de tan nefastos huéspedes, en lo que puede ser una operación piloto que luego podría extenderse a todos el hemisferio?
Como algunos comentaristas canadienses han señalado, al parecer "los vaqueros del gatillo loco, llegaron para quedarse".
Parece ser un hecho consumado la contratación de mercenarios por parte del gobierno de Estados Unidos con el acuerdo con Felipe Calderón, para que operen en México, con todas las implicaciones graves que esto dará lugar, tanto para la soberanía nacional, como porque su ingreso será sinónimo de mayor violencia, incluso es probable que ellos ya se encuentren operando para crear buena parte de la violencia que azota el país y que casualmente se incrementó sobremanera desde el momento en que Calderón se invistió como presidente y lanzó su plan de seguridad -inseguridad-.
Abrió Blackwater un centro de entrenamiento en frontera con México
San Diego, 6 Jun 2008 (Notimex).- El ejército privado Blackwater comenzó hoy a entrenar a una veintena de efectivos de la armada estadounidense en un centro de prácticas paramilitares en la frontera con México, confirmó Brian Bonfiglio, vicepresidente de la empresa. Bonfiglio dijo a medios de prensa locales que el centro de entrenamientos está disponible para cualquier corporación policíaca que desee capacitar a sus elementos en técnicas como las del equipo de tácticas y armas especiales (Swat).
El centro de prácticas clasificado como "escuela vocacional" con el nombre de "policía fronteriza" se ubica a unos 500 metros de la primera de dos mallas metálicas que dividen a California de la ciudad mexicana de Tijuana. Blackwater abrió su centro de prácticas con autorización de la magistrada federal en San Diego, Marilyn Huff, pese a que el gobierno local analiza el procedimiento que siguió para registrarse a través de dos compañías del condado sin que apareciera su nombre.
Los argumentos de la alcaldía y la procuraduría de distrito de San Diego serán escuchados por Huff en una audiencia que tendrá verificativo este mismo mes. Sin embargo, Lucas O´Connor, un activista de la organización Coraje de California contraria a la instalación del centro de entrenamiento de Blackwater, informó que la batalla legal continúa. O"Connor dijo que Blackwater requiere todavía de varios permisos y aseguró que sus trámites serán revisados con mayor escrutinio, pero agregó que este mes la ciudad de San Diego demandaría respeto a sus decisiones de usos de terrenos ante la corte federal.
Como parte de la campaña de Coraje de California contra Blackwater en la región, la próxima semana podría presentarse en San Diego el autor del libro "El nacimiento del ejército mercenario más poderoso del mundo", Jeremy Scahill, dijo O"Connor.