INTELIGENCIA DESINTELIGENTE


LA MENTIRA TIENE PATAS CORTAS

Por Roberto C. Neira

Supongamos que al principio del día, al abrir su correo electrónico, aparece un mensaje enviado por una persona conocida o de su amistad que le invita a leer una extensa nota referida a un análisis político sobre la Argentina publicado por un prestigioso diario alemán, el Berliner Tageblatt y refrendado por la firma de su autora, Ingeborg Hellige, también de origen alemán, en uno de cuyos principales párrafos dice:

"Ya es sabido que el gobierno de la Sra. Kirchner no llegará a su término y será violentamente despojada de su cargo a corto plazo por fuerzas civiles integradas por ciudadanos comunes y miembros activos del sector agropecuario. Lo más impactante de toda esta situación, es que los sectores productivos del agro que hoy protestan contra las usurarias y despiadadas retenciones, son grupos que están armados, tan armados como si fueran paramilitares o guerrillas urbanas y de los grandes cordones verdes de las grandes ciudades de ese país (Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mendoza y la Patagonia), así como también están armados los grupos leales a la familia gobernante, lo cual nos hace sospechar que el futuro estallido social que se avecina en un corto y mediano plazo entre los argentinos será cruento y sangriento. Es más que evidente que la Argentina deberá enfrentarse a su propia circunstancia, algo trágico y devastador, algo que los mismos argentinos ignoran porque ni sus propios medios de comunicación se los informan. Y no hablamos de golpe de estado ni de dimisión, sino de rebelión social y civil de sectores que ya muestran cada vez más su comprensible hartazgo e impotencia; sectores que en épocas anteriores pertenecían a la clase media; sectores que fueron los verdaderamente productivos en épocas pasadas y que hoy se encuentran totalmente desprotegidos y atacados sin motivo racional alguno.

Desde la UE observamos con preocupación la paulatina y lenta disolución de la Argentina y su trágica desaparición (que incluye también la ampliación de la zona de exclusión de las Islas Malvinas, lo cual produciría la pérdida de importante territorio del suelo argentino en la Patagonia, y tal plazo vence el 9 de mayo de 2009.).

Imagino que su primera impresión va a ser de alarma y de inmediato reelerá de nuevo el mensaje y lo consultará en la intimidad familiar en cuyo caso sacará conclusiones sobre el grado de veracidad del mismo y lo guardará para enviárselo a otras personas buscando algún dato que certifique su contenido, en razón que el catástrofico desenlace que augura el periódico no parece estar de acuerdo con lo que uno vive a diario en la calle, en la oficina o en cualquier lugar público que visite.

Pues quiero que se quede tranquilo, la Argentina, entre otras cosas, como dice la nota, es un país complejo y hasta impredecible, pero estamos aprendiendo a convivir, discutiendo y abriéndonos camino en democracia y la mayoría de la población ha aceptado este sistema que por imperfecto que sea nos da la tranquilidad de vivir en paz y no hundidos en enfrentamientos violentos o por una guerra.

El 'BERLINER TAGEBLATT' no existe. Dejó de salir el 31 de enero de 1939 y fue cerrado por los nazis. Más abajo podrá usted leer un breve racconto sobre su existencia.

Como sucede siempre con toda información caracterizada de trucha, no se sabe bien de dónde proviene la fuente de estas noticias. Hilando fino, por el estilo de escritura y los valores que parecen defender, huele a personas vinculadas a inteligencia militar o ex-SIDE (por supuesto, esto no lo puedo asegurar). SEPRIN (
www.seprin.com.ar) es un sitio que recopila este tipo de información.

Tampoco es la primera vez que aparecen notas del supuesto "Berliner Tageblatt". Recuerdo haber leído algunas durante el gobierno de Menem criticando algunos aspectos económicos de su gestión, claro que no con la virulencia con que aparecen en esta oportunidad. Especulan para que la gente se preocupe y difunda el mensaje. Quizás, piensan que multiplicando la idea de creer en la posibilidad de un golpe venga el golpe de verdad.

Lo que más debería preocuparnos es que, por primera vez, aplican términos muy duros, subversivos, que, por supuesto, no son dignos de un diario que se presume imparcial y que informa al mercado europeo.

Hay muchísimas cosas que no comparto del gobierno de la Sra. Kirchner (se puede apreciar en mis notas), pero este tipo de noticias me agreden como argentino y considero que no hay que prestarse al juego de esta gente, eliminándolas de raíz y dando cuenta de la superchería que hay detrás de ellas.


Los periodistas tenemos la obligación de chequear, como mínimo, en tres fuentes diferentes la veracidad de una noticia, según sea su carga de importancia o de gravedad, pero debo aceptar que alarmarse por este panfleto le puede pasar a cualquiera que confía en quien lo remite. El problema es que las fuentes, muchas veces y sin uno saberlo, también pueden estar "interesadas" en la difusión de estos comunicados y uno termina siendo inocente intermediario de vaya a saber qué oscuros fines.

El Berliner Tageblatt fue un periódico en idioma alemán que se publicó en Berlín entre 1872 y 1939. Junto con el Frankfurter Zeitung, se convirtió, en su tiempo, en uno de los más importantes periódicos liberales de Alemania.

El Berliner Tageblatt fue editado por primera vez el 1 de enero de 1872 por Rudolf Mosse, como un documento publicitario, pero en un periódico liberal. El 5 de enero de 1919, la oficina del periódico fue ocupada brevemente por soldados "Freikorps" alemanes durante la Revolución. En 1920, el BT había logrado una circulación diaria de aproximadamente 245.000 ejemplares.

El 3 de marzo de 1933, después del incendio del Reichstag, Hans-Lachmann Mosse, el editor, expulsó al editor en jefe, Theodor Wolff, debido a sus críticas al gobierno nazi y por su ascendencia judía. Wolff pudo escapar al Tirol por avión.

Después de 1933, el gobierno nazi se hizo cargo del control del diario (la Gleichschaltung). Sin embargo, en septiembre de 1933, un permiso especial concedido por el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, liberó al papel de cualquier obligación de reimpresión como propaganda nazi para ayudar a retratar una imagen de una prensa libre alemana internacional.

Debido a esa garantía, su respetado corresponsal extranjero, Paul Scheffer, se convirtió en editor el 1 de abril de 1934. Fue el primer periodista extranjero que al habérsele negado un permiso de entrada a la Unión Soviética en 1929 por su negativa a la presentación de informes del Plan Quinquenal profetizó sobre una inminente hambruna en Ucrania.

Durante casi dos años, Scheffer se rodeó de graduados universitarios como Margaret Boveri. La periodista, escribió en 1960, que Scheffer "era odiado por los principales funcionarios del Ministerio de la Propaganda, y sólo sus excelentes conexiones extranjeras le permitieron que no fuera relavado de su posición en los primeros años del régimen nazi." [1]

Pero Scheffer no duró mucho, pues su posición se tornó insostenible y renunció a su cargo el 31 de diciembre de 1936.

El diario fue finalmente cerrado por los nazis el 31 de enero de 1939.

Durante 27 años (1906-1933) cuando Theodor Wolff fue editor en jefe, el BT se convirtió en el más influyente periódico de Berlín. Wolff fue catapultado a la élite del periodismo alemán a través del Berliner Tageblatt.

Ernst Feder y Rudolf eran los antiguos editores de la sección de política interior, mientras que Josef Schwab, Max Jordania, y Maximiliano Müller-Jabusch manejaban la política exterior. Arthur Norden y Felix Pinner fueron responsables de la sección de negocios que Fred Hildebrandt Feuilleton encabezó entre 1922 y 1932. En el staff figuraban Alfred Polgar, Kurt Tucholsky, Erich Kästner, Otto Flake, y Frank Thiess. El jefe de la sección de teatro fue Alfred Kerr.

Desde 1918 hasta abril de 1920, Kurt Tucholsky contribuyó con 50 artículos para el Berliner Tageblatt, mientras que también fue editor en jefe de la revista satírica Ulk, que aparecía semanalmente entre 1913 y 1933. Su novela Schloss Gripsholm (basada en el Castillo de Gripsholm) apareció en el BT a partir del 20 de hasta el 26 de abril de 1931. Alfred Eisenstaedt fue uno de los fotógrafos del periódico.

Por esa época, el Berliner Tageblatt comenzó a expandirse y abrieron oficinas en Viena. Erich Everth comenzó a trabajar en la capital austríaca en 1924 y a partir del retiro de Leopoldo Schmidt, Alfred Einstein, fue crítico musical desde septiembre de 1927 hasta agosto de 1933.

El jefe de la importante Oficina Central Europea del diario entre 1927 y 1933 fue Heinrich Eduard Jacob, dirigiendo una sede fuera de Viena. Durante su permanencia en el BT, Jacob había realizado más de 1000 colaboraciones. Pero debido a que era un opositor del nazismo austríaco, Jacob fue encarcelado en el campo de concentración de Dachau en 1938.

El BT publicó por separado revistas semanales, distribuidas como parte del periódico. Una de ellas era "Technische Rundschau", revisión semanal de las tendencias en tecnología, y también la "Haus, Hof und Garten" (Home and Garden), secciones editadas por Rudolf Jonas. Jonas trabajó como editor entre 1929 a 1932 y más tarde se convirtió en editor de la revista Das Theater.

Ref. [1] Henry Regnery, "En el ojo de la tormenta", Editorial Edad Moderna (1976). La cita de Boveri pertenece a su libro, "Wir alle lügen".